Hoy vengo a hablaros sobre una serie que ni es nueva, ni probablemente de las más conocidas. Pero a la que realmente me he enganchado, hasta saborear y devorar, todos y cada uno de sus capítulos.
Halt and catch fire, no es una serie de acción. No hay explosiones ni tiroteos, ni agentes de la CIA, ni peligrosos terroristas. Sin embargo a su manera es impactante.
Trailer oficial Halt and catch fire
Cuentas la historia, de cómo comenzó la revolución de eso que hoy en día llamamos “tecnología”. En una época, en la que esa palabra se utilizaba para definir otras cosas. Cuenta la historia de los pioneros.
Pero no de los gurus consagrados, ni de los profetas de la informática, ni de los grandes acontecimientos. No esperéis encontrar a Bill Gates o Steves Jobs. No, aquí no los encontrareis.
Si no de personales normales, con sus vidas, con sus familias y sus problemas. Que tuvieron un sueño, y una visión. Y sacrificaron todo para perseguirlo. Y a través de sus continuos fracasos y algunos triunfos, con ello marcaron la diferencia para todas las generaciones que estaban por venir.
No es una serie sobre frikis antisociales enfermos de la tecnología. Muy al contrario, es una serie con personajes tremendamente humanos. Unos personajes que viven un mundo, cuya historia parte los 80s. Donde informática era IBM, “business as usual”, y pare usted de contar. Ingenieros con corbata picando código para un banco en un terminal. Cero innovación, y cero criticar lo que hay, “si funciona, no lo toques”. Ese era el lema de los “líderes” de la informática por entonces.
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En mitad de esa realidad, ellos sintieron que había algo más. Algo que nadie había hecho, y que nadie estaba haciendo y debía hacerse. Y en esa carrera por encontrar su sueño, había algo que gritaba desde su interior. Ese sueño que pedía paso a través del velo de sus vidas grises, predecibles y no siempre ejemplares. Es ahi, donde el destino reúne a esta serie de personajes. A priori con nada en común ,excepto una visión.
Y a través de esa experiencia a ratos extrema en busca de materializar ese sueño. Cuando se descubren y encuentran a sí mismos, y unos a otros. Se hacen daño a veces, aprenden a fracasar y a seguir adelante. Y sólo a ratos y tras muchos sacrificios, encuentran destellos de esos momentos de gloria y reconocimiento, que quedan grabados en la eternidad.
Ojo, en el próximo párrafo, hay cierta dosis de spoiler. Si quieres disfrutar de la serie con todos sus giros y sorpresas. NO lo leas!
Quien es Joe McMillan?
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Joe McMillan es un fracasado, y por eso que será el hombre que guíe el lidere a todos los demás hacia el éxito.
Joe McMillan es un vendedor de humo, un farsante. Y precisamente por eso será el único capaz de creer con fe ciega y fanática casi mística, en aquello que aún no existe, hasta lograr que sea real.
Joe McMillan es un hombre desesperado.
Su traje negro y su Porsche intentan ocultar quien es Joe McMillan, pero la realidad es esta: Expulsado de la IBM y habiendo perdido un buen puesto directivo, debido a su carácter inconformista, hasta llegar a ser violento y destructivo. Ahora es un “cadáver” en la industria. Está en la lista negra y jamás volverá a encontrar un empleo. No tiene opciones, no tiene a donde ir, ni a donde volver. Incluso sus relaciones familiares son turbulentas, y ya difíciles de reparar. Es por ello, que su única opción es seguir hacia adelante con toda sus consecuencias.
Joe McMillan, es un mentiroso y una persona desagradable y tiránica. Será capaz de mentir a cualquiera y de presionar a cualquiera con tal de lograr sus metas. No se detiene ante nada, y no tiene escrúpulos.
Pero durante ese recorrido, habrá logrado que personas que jamás se plantearon tomar decisiones arriesgadas en sus vidas, hayan hecho aquello que jamás pensaron que serían capaces de hacer. Esas personas después de todo el proceso, se sentirán traicionadas y utilizadas. Pero jamás decepcionadas. Jamás.
¿Y sabéis porque? Porque en fondo de sus almas, esas personas, llevaban toda su vida esperando que un Joe McMillan los cogiera por la pechera. Y les obligara a hacer aquello que llevan toda su vida soñando hacer. Y que les obligara con mentiras o con presión, a tomar la decisión que sabían que era la correcta, pero nunca tuvieron el coraje de tomar.
Joe McMillan es el ángel de la destrucción. Él no tiene familia ni nada que perder, sólo un objetivo que es avanzar hacia adelante, a cualquier precio, hacer historia, ser los primeros. Y en ese empuje fanático y vital, arrastrará a cualquiera que se cruce en su camino, hacia el infierno y hacia muchos fracasos. Pero también hacia un éxito que jamás tuvieron la valentía de reclamar para sí mismos.
Cuando alguien se cruza con Joe McMillan en su vida, ya nada volverá a ser igual. Es imposible volver a la rutina y la tranquilidad, después de haber probado las mieles de ver el éxito por una vez al alcance de la mano. Y como han sido ellos, personas corrientes, quienes han estado alguna tan cerca de alcanzarlo. Es imposible volver atrás. Algo ha cambiado dentro de cada uno de ellos.
Del mismo modo Joe McMillan necesita dar sentido a su vida a través de lo que hace, y arrastrar a otros hacia su locura. En ausencia de ella, lo que queda de su vida no es mucho.
La relación de dependencia es mutua. Sin él, ellos no son nada. Sin ellos, él no es más que un directivo fracasado, con una vida echada a perder.
Esa magia sólo brilla cuando todos los “astros” de esta historia se alinean, y juntos suman muchos más de lo que cualquiera de ellos hubiera podido hacer por su cuenta.
Gordon Clark
Gordon Clark es un genio, pero hace ya tiempo que lo olvidó.
Hubo un tiempo en que Gordon estuvo la vanguardia de la técnica. Apasionado de la nueva ciencia de la informática, en su paso por la universidad vislumbró cómo sería el futuro de la informática. Y su visión no pudo ser más certera ni precisa. El vio lo que estaba por venir, pero al final todo se estropeó.
Primero vino el matrimonio. Un matrimonio feliz con una chica encantadora. Y además también estudiante de carrera de ciencia y amante de la tecnología. Buena madre y mejor esposa.
Lo intentaron, de verdad que lo intentaron, con todas sus fuerzas, pero no funcionó.
Ellos, Gordon y Donna (su esposa), quisieron compartir el sueño de ser pioneros de la tecnología y lanzar su propio ordenador. Pero lo único que consiguieron fue endeudarse ellos mismos y a sus padres, y arrastrar la vergüenza de ese fracaso durante muchos años.
Fue una losa tremendamente pesada, durante muchos años de sus vidas. Gordon nunca pudo volver a mirar a la cara a sus suegros con la cabeza bien alta después de eso. Y de algún modo olvidó quien era, o hizo por olvidarlo.
Busco un empleo como sus suegros recomendaban (o casi ordenaban), y renunció a ser quien era, para poder sacar adelante a su familia. Se arrancó del corazón aquello que amaba con locura, la computación, y lo tiró por el desagüe.
Lo haría por sus hijas, por su mujer, por ellas. Tenía que ser así. Las cosas no siempre son como uno quiere, se decía. Había que asumirlo y seguir adelante. Seguir adelante, sí, como un buen padre y buen marido. Pero de algún modo como un hombre mutilado en lo más profundo de su alma.
Gordon Clark es un genio, uno de los grandes. Pero ya hace tiempo que lo olvidó. Ser un genio es un lujo que muy pocos pueden permitirse. Y ni él, ni su familia pueden permitirse otro fracaso. No lo soportarían. Lo último que Gordon querría es volver a arruinarse, y acabar divorciado y sin poder ver a sus hijas. Es sería como estar muerto. Definitivamente está fuera de toda discusión.
¿De verdad acaba esto así?
Si habéis leído “Quién es Joe McMillan?” entonces sabréis que esto no puede acabar así. Definitivamente esto no puede acabar bien. Son como 2 planetas en rumbo de colisión. Y cuando choquen sólo quedarán cenizas de sus vidas, y una enorme explosión cósmica. Pero en esa explosión, es de donde surgirá el polvo de estrellas, que crearán las galaxias que están por venir.
El proceso creativo a veces puede ser tremendamente violento. Y llevarse por adelante a aquellos que se ven arrastrados por su empuje como un vendaval.
¿Recordará Gordon Clark la persona que fue alguna vez? ¿Cuál será el precio a pagar por ello?
Cameron Howe
Cameron es una chica de los 90s atrapada en los 80s. Nadie le escucha y nadie parece comprender o estar interesado en lo que ella piensa y cuál es su visión del mundo.
Cameron representa el rol de adolescente rebelde, pero no es una rebeldía puramente estética o gratuita. Simplemente cree que hay otra forma de hacer las cosas, especialmente en el mundo de la computación. Su principal problema, es que fuera de ambiente universitario, no le dejarían acercase a menos de 1 Km de un ordenador o una sede de IBM. Es posible que su pelo a lo garzón, una actitud un tanto antisocial, o su estética casi de tribu urbana. No le ayuden demasiado a hacerse un hueco en los equipos de ingeniería de IBM, Altair, Sinclair o DEC.
Atraída por la estética punk y estudiante cum laude de computación, Cameron se pregunta acerca de qué hacer con su vida.
La verdad es que su futuro en la industria, es de todo menos brillante. Es plenamente consciente de que es posible que tenga que aceptar un trabajo mal pagado, en una tienda de videos VHS, o reparando cualquier cacharro electrónico por unos poco dólares la hora. Y que probablemente las cosas no vayan a mejorar con el tiempo.
Cameron es en cierto modo una víctima. Obligada a abandonar casa de sus padres tras fuertes desavenencias familiares, se refugia en la informática, y en subcultura punk como medio de escape.
Pero la rebeldía de Cameron no es una rebeldía destructiva. Lo que hace que Cameron esté cabreada con el mundo y tenga mal carácter, es más bien el afán de construir y crear algo, que siente que jamás le darán la oportunidad de crear. Su sueño es humanizar las máquinas, y tratar de hacer que tengan “alma”.
En su particular debacle personal y búsqueda de sí misma, Cameron llega a convertirse una especialista es programación de BIOS y Código máquina ensamblador. Es decir “hablar” con la máquina es su propio lenguaje, sin intérpretes. En cierto modo siente que llega a comunicarse con las computadoras (y así es). E intenta buscar la manera de esas computadoras sean también más humanas, tengan pantallas en color, e interfaces más amigables.
Pero todo eso no le importa a nadie, y esas ideas no provocan más que rechazo, burlas o indiferencia. Algo que Cameron está por desgracia bastante acostumbrada.
El mundo de la informática que le ha tocado vivir, es el mundo de máquinas de calcular gigantes para bancos y empresas de seguros. Sumar, restar, multiplicar y dividir ¿acaso hace falta más para gestionar una cuenta corriente, o mostrar un balance? Eso y nada más que eso. Eso es lo que mueve el dinero, y los grandes contratos de varios millones entre los pesos pesados de la industria. Y al fin y al cabo ¿Quién es ella para opinar otra cosa?
Nadie, menos que nadie. Y probablemente jamás tenga una oportunidad.
Donna Clark
Donna era una estudiante brillante de ciencias, que conoció a un chico estupendo también interesado por la tecnología. Empezaron a salir y todo era maravilloso, hacían mil locuras juntos e imaginaban cómo sería el futuro y como sería su futuro. A pesar que su familia nunca le tuvo mucha estima a Gordon, se casaron, era felices juntos y tenían muchos planes y toda la vida por delante. Luego vinieron las niñas, dos niñas maravillosas, y también más responsabilidades.
Ella junto con su marido, Gordon, quisieron hacer realidad sus sueños de universidad y apostaron fuerte por lanzar un nuevo ordenador. Era una locura, pero en realidad no tanto. Gordon era una genio de la computación, y cierto modo, ella también. Estaban enormemente motivados, el futuro parecía brillante. Era arriesgado y emocionante. Era su oportunidad, la de ellos, juntos, como siempre habían soñado.
Pero no resultó. Fue un fracaso, y fue muy duro para todos. Ella convenció a sus padres para que les ayudaran a financiar su proyecto, y nunca pudieron devolverles todo el dinero que perdieron. Si ya antes sus padres no tenían mucho aprecio por su marido, después de esto quedo marcado para siempre como un perdedor a los ojos de ellos.
Tuvieron que empezar a ser realistas, y de algún modo la magia se acabó. Seguían siendo un matrimonio moderadamente feliz y se querían, de verdad que sí. Gordon era encantador con las niñas, como había sido siempre, y un buen marido. Pero de algún modo Gordon se vino abajo, y dejó de ese tipo divertido y emocionante del que se enamoró hace ya años. Todo se volvió un poco más gris y rutinario. A veces Gordon, parecía tan ausente que se preguntaba si de verdad estaba escuchando.
Ella fue quien tuvo que asumir la mayor parte de la responsabilidad para que esta familia no se desmoronara. Gordon encontró en empleo razonablemente bien pagado en Cardiff Electric, que le aburría y frustraba enormemente. Pero que les permitió salir adelante. Y ella consiguió un trabajo de poco nivel, en las oficinas de otra empresa tecnológica, mientras luchaba día a día por llevar todo el trabajo con las niñas y con la casa.
Nada emocionante la verdad. Pero salieron adelante, y encontraron estabilidad. Habían superado la crisis. Volvían a ser un matrimonio normal, con una vida normal, y quedaron lejos los días de las grandes preocupaciones. Pero también los días de los grandes sueños.
Eran felices, o eso quería creer. Pero no era como soñaron.
Y para finalizar
Halt and catch fire, nos enseña que no fueron grandes gurus iluminados quienes construyeron el mundo que conocemos. Si no personas normales que encontraron la manera de hacer cosas extraordinarias. Y también nos enseña que nada de eso fue gratis, sino fruto de un trabajo muy duro, un talento excepcional, y un enorme compromiso e ilusión en lo que hacían.
Halt and catch fire, es como un faro que lanza un destello de luz, al subconsciente de todos aquellos que alguna vez han pensado que quizás ellos estaban llamados para hacer “algo más”, “algo diferente”. Que alguna vez pensaron en dar un paso al frente y convertirse en pioneros.
Os hemos contado mucho en estas líneas, quizás demasiado. Ahora es momento de ver la serie y descubrir como acaba todo por vosotros mismos. Por supuesto hay más personajes en esta serie. Algunos muy relevantes y con sus propias historias. Pero con lo que os hemos contados acerca de los personajes principales, ya tenéis la pistas con la que seguir el camino de baldosas amarillas. Espero que la disfrutéis.